Una receta superfácil y que les ha gustado a todos, niños y mayores. El único truco es elegir un relleno que nos guste, pan de molde y un toque de horno y ya tenemos un aperitivo estupendo para una cena de amigos, un cumple o para darnos un capricho.
Si cambiamos el pan de molde blanco por otro integral, de semillas o de centeno obtendremos versiones más elegantes de los molinetes. En cuanto al relleno, igualmente se puede poner cualquiera, siempre que sea fácil de enrrollar, no valen trozos muy grandes porque se desharía el pan de cobertura.
Es interesante poner queso o mantequilla porque al pasar por el horno y derretirse un poco crea una sensación en la boca junto con el pan crujiente que es una delicia.
La cantidad es orientativa, os pongo los ingredientes de los que hice yo más la versión de hoy que mi marido ha querido repetir, como digo la cantidad dependerá de cuántos seáis a la mesa, calcular que de cada rebanada salen 3 molinetes. Luego os pongo otra foto donde se aprecie mejor, al ser para llevar no pude hacer una más en condiciones. Espero que os guste.